Arquitectos diletantes

Antes de empezar su carrera como actor, Anthony Quinn trabajó como arquitecto a las órdenes de Frank Lloyd Wright. Para mejorar su dicción de inglés, iba además a clases de interpretación. Cuando le surgió la primera oportunidad para actuar profesionalmente, se puso en contacto con Wright para contárselo. Éste le preguntó qué sueldo le ofrecían, y al obtener respuesta, le dijo que no fuera tonto y aceptara, ya que era mucho más de lo que ganaba trabajando para él. La primera película en la que intervino Quinn (the milky way) fue protagonizada por otro Lloyd (Harold).
Al finalizar sus estudios en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, Fernando Colomo se matriculó en la escuela oficial de cine para comenzar los estudios de dirección, ya que su prioridad era 'trabajar poco y vivir bien', lo que difícilmente obtendría a través de la arquitectura.
La relación entre artes plásticas y arquitectura viene de lejos (clasicismo, renacimiento). Por ejemplo, los escultores Tony Smith (que también trabajó con Wright) y Gordon Matta-Clark (compañero de Peter Eisenman), y el pintor Pablo Palazuelo, cursaron estudios de arquitectura, lo que de alguna forma influyó en el enfoque de su producción artística posterior.
En el mundo de la música abundan los ejemplos de figuras que iban para arquitectos. Entre los más conocidos, Richard William Wright (Pink Floyd), Ralf Hütter (Kraftwerk) y Chris Lowe (Pet Shop Boys). Todos ellos teclistas, casualmente. Antonio Vega y Mikel Erentxun también estudiaron arquitectura (pese a quien pese, este último sigue siendo el licenciado de la escuela de Donosti más conocido).
Frecuentemente se define la arquitectura como algo transversal y multidisciplinar. En la situación actual de nuestro mercado, saturado por la oferta de profesionales y con la promoción bajo mínimos, se impone más que nunca cuestionar los límites de la disciplina y buscar nuevas direcciones y ámbitos desde los que desarrollar y reinventar la profesión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario